Fluido y ondeando al viento
Debió soplar el viento con fuerza ese día: el velo de la novia amenazaba con escapar como un planeador. Afortunadamente, algunos invitados reaccionaron justo a tiempo, ya que un velo perfecto suele costar tiempo y dinero, y no es tan fácil de reemplazar. ¿Quizás había aflojado demasiado el cierre del cuello?
Un drama que casi termina en catástrofe: el fugitivo velo colgaba casi sobre el precipicio, salvado solo por una escalera cercana. Un principio para futuras novias: prueben el cierre del velo antes de caminar hacia el altar, y esperen que los invitados sean buenos corredores.
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