¿Azúcar o… parmesano?

En la bruma de la madrugada, todos tomamos decisiones cuestionables; esta resultó ser quesosa. Literalmente. El desafortunado responsable de esta taza de café confundió paquetes de queso parmesano con azúcar. Un sorbo de esa infusión salada debió haber sido una llamada de atención salvaje y empapada de lácteos.

Para ser justos, esos pequeños sobres blancos se parecen peligrosamente a simple vista. Cuando tu cerebro aún se está iniciando, es fácil agarrar el equivocado y esperar dulzura, solo para obtener una bocanada de cobertura de pasta en polvo. Esperemos que, la próxima vez, verifiquen dos veces la etiqueta antes de convertir su café en un plato italiano.

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