La doble compra equivocada

Dos amigos, sin saberlo, compraron el mismo libro raro en una subasta de antigüedades, a pesar de vivir a cientos de kilómetros de distancia y no haberse puesto de acuerdo. Cuando se encontraron, se echaron a reír: era el mismo ejemplar, con la misma anotación del anterior propietario.

Resultó que el anterior propietario era un tatarabuelo común del que ninguno de los dos tenía conocimiento. La casualidad no solo llevó a una doble compra, sino también al redescubrimiento de raíces familiares. A veces, una compra trae consigo algo más que un objeto: trae de vuelta la historia.

Advertisements
Advertisements