Una respuesta rápida
Para su sorpresa, la respuesta llegó casi al instante. Su teléfono vibró y allí estaba: “¡Mel! He estado pensando en ti. Me encantaría ponerme al día. ¿Cuándo y dónde?”. La rapidez y calidez de su respuesta le provocaron una punzada de inquietud: ¿era interés genuino o algo más calculado?
Leyendo sus palabras una y otra vez, Melissa casi podía escuchar su voz, sentir su encanto. Sonaba ansioso, como si el pasado nunca hubiera fracturado su conexión. Esa inquietante familiaridad le recordó lo convincente que podía ser Steve, y lo cuidadosa que tendría que ser al enfrentarse a él.
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