LA CLAVE ESTÁ EN LOS DETALLES

Dain Yoon, pintora de formación clásica, le da una vuelta de tuerca a la pintura tradicional: en lugar de lienzo, utiliza su piel, y lo hace hasta el más mínimo detalle. Mientras que Van Gogh se expresaba con torbellinos de color, Yoon precisa microdetalles, como aquí, en el lóbulo de la oreja y el hueso del pómulo.

En la pequeña superficie alrededor del trago, pinta un rostro completamente concebido: diminutas cejas, finos pliegues nasales, incluso el esbozo de una sonrisa. Cada pincelada, cada tono, se coloca con precisión milimétrica para completar la ilusión óptica. Es asombroso ver cuántos detalles finos ha podido crear en una superficie tan pequeña, considerando que casi cada pelo de la ceja representa una pincelada individual.

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