Bruce Willis
Aquí tenemos a Bruce Willis allá por 1987, ¡con pelazo! Todavía era la estrella de cine que conocemos, pero esa melena podría pillar a algunos fans con la guardia baja hoy en día. En aquella época ya estaba dando que hablar con sus interpretaciones carismáticas y su humor socarrón, pero su look no se había transformado del todo en la imagen icónica que asociamos con él ahora. El pelo le daba un aire juvenil, pero no se puede negar que todavía estaba buscando el estilo que se convertiría en parte de su legado duradero.
Avancemos rápido al Willis que mejor conocemos, y queda claro: su cabeza rapada se convirtió en algo más que un look, se convirtió en su marca personal. A algunos les sienta bien un estilo determinado según van madurando, y para Willis fue como el destino. La estética limpia y calva encaja a la perfección con sus papeles de tipo duro, añadiendo un puntito que el pelo simplemente no podía igualar. Ya sea interpretando a un héroe de acción o a un tipo corriente a regañadientes, la cabeza rapada no hace más que realzar su presencia en pantalla. Seamos sinceros, a algunos tíos les queda mejor el rapado, y Bruce es, sin duda, uno de ellos.

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