Por amor al deporte
Esta foto, perfectamente sincronizada, muestra a un saltador olímpico de trampolín con un gesto que rivaliza con el de cualquier contorsionista. Los saltos de gran altura requieren valentía y precisión: el atleta se lanza al agua desde una altura equivalente a un edificio de nueve pisos.
Este deporte extremo se introdujo para hacer los juegos más emocionantes y exigir el máximo a los atletas. La expresión tensa muestra lo exactamente que hay que calcular todo aquí, desde el ángulo hasta el viento, a velocidades que incluso hacen que las cámaras con flash parezcan lentas.
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