El almuerzo es gratis… pero tienes que cocinar

En una empresa social de Ciudad del Cabo, el almuerzo se sirve a diario, pero con un giro. Dos empleados seleccionados al azar deben cocinar para todos utilizando los ingredientes almacenados en la despensa de la oficina. Es parte comida, parte ejercicio de creación de equipos, parte caos de MasterChef.

Incluso aquellos con cero habilidades culinarias se vuelven creativos, a veces de forma dolorosa. Desde curris misteriosos hasta sándwiches de cuatro quesos que se desmoronan bajo su propio peso, los resultados varían enormemente. Pero las risas, las pruebas de sabor y el esfuerzo compartido unen a las personas más que cualquier bandeja de cafetería podría hacerlo.

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