Debes gastarle una broma al jefe una vez al año

En una agencia de publicidad de Boston, es una tradición formal: cada empleado debe gastarle una broma a su gerente al menos una vez al año. ¿Las únicas reglas? Debe ser no destructiva, divertida y bien documentada en el canal interno de Slack.
Una vez, el CEO llegó y encontró su oficina llena de globos. En otra ocasión, un diseñador junior reemplazó las teclas de su teclado con ositos de goma. La cultura de “gastarle una broma al de arriba” empodera a todos para que se sientan cómodos y creativos; además, es sorprendentemente bueno para la moral cuando el jefe se ríe más que nadie.
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