Para proteger a sus hijos, Elara mantuvo sus orígenes en secreto, encontrando cada vez más difícil responder a sus preguntas con el paso del tiempo. Cuando le preguntaban: “Mamá, ¿dónde está papá?”, ella les ofrecía una sonrisa y cambiaba de tema, sin querer ahondar en la dolorosa verdad.

La ausencia de su padre era un tema difícil que le pesaba a diario. Elara creía que revelar la verdad solo añadiría más confusión y dolor a sus vidas, y estaba decidida a protegerlos de ese sufrimiento el mayor tiempo posible.

Advertisements
Advertisements