Al otro lado del océano, él también lo sintió


A miles de kilómetros de distancia, en Estados Unidos, un hombre llamado Chase experimentaba algo extrañamente similar. Aunque nunca había estado en Europa, también sentía una conexión inexplicable con Rumanía. Sus pensamientos divagaban con frecuencia hacia campos abiertos, cabañas rústicas y una vida que nunca vivió, pero que de alguna manera recordaba.

Aún más inquietantes eran los sueños recurrentes de una esposa amorosa a la que no podía ver con claridad, pero con la que siempre se sentía profundamente conectado. Las emociones en los sueños eran tan reales que lo despertaban por la noche. No entendía por qué tenía estas visiones, pero sabía que significaban algo importante.

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