Rocía alcohol en tu cama
Chinches: la forma que tiene la naturaleza de hacerte arrepentir de todos tus planes de viaje. Pero en lugar de prenderle fuego a tu colchón o llamar a comandos de control de plagas, prueba la opción menos dramática: alcohol. Llena una botella de spray, saca tu cazafantasmas interior y empieza a rociar como si tu vida dependiera de ello.
Empapa tu colchón, almohadas y cualquier escondite de bichos como si estuvieras organizando un pequeño desalojo. Repite varias veces (las chinches son pesadillas persistentes), pero al final, se darán por vencidas. Extra: tu habitación olerá a un ala de hospital recién desinfectada. Ganar-ganar.
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