Soltar
Nuestro jugador de rugby, impulsado por la indomable voluntad de conquistar el balón, perdió brevemente la orientación y confundió su objetivo… ¡con consecuencias sorprendentes! En lugar del balón, ¡atrapó al pobre árbitro! Pero eso no fue todo: en un momento más propio de una comedia slapstick que de un evento deportivo, nuestro heroico jugador se reveló involuntariamente como policía de la moda al ¡bajarle los pantalones al árbitro!
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