Locura Taurina

Entrar en un ruedo cerrado donde un toro furioso de casi una tonelada está suelto, roza la locura. Los payasos de rodeo se consideran lo suficientemente valientes como para enfrentarse a este imponente animal. Pero este acto parece más una locura que un acto heroico. Es casi como si pensaran: “Bueno, arriesgaré mi vida por un poco de diversión y un poco de locura. ¿Qué podría salir mal?” Obviamente, deben tener una fascinación inusualmente grande por el riesgo, y por los cuernos, para exponerse a una situación tan peligrosa.

De hecho, su papel requiere no solo coraje físico, sino también una velocidad y agilidad mental excepcionales. Bailan al borde de lo posible, siempre listos para reaccionar en una fracción de segundo. Su trabajo es un componente crítico del rodeo; no solo protegen a los jinetes, sino que también ofrecen un espectáculo que es a la vez aterrador y fascinante. Visto así, las líneas entre la locura y el coraje se desdibujan, mientras los payasos de rodeo actúan en una arena llena de riesgos y adrenalina.

Advertisements
Advertisements