Ladrillos de Sal

En la antigüedad, la sal no era solo un condimento, sino algo esencial para la supervivencia. Conservaba los alimentos, ayudaba a curar las heridas y mantenía a la gente con vida en climas cálidos. Civilizaciones como los romanos, los etíopes y los primeros africanos usaban ladrillos de sal compactada o “tortas de sal” como moneda. Era tan valiosa que a los soldados romanos a veces se les pagaba con sal, de ahí la palabra “salario”.

La durabilidad y utilidad de la sal la hacían perfecta para el comercio a través de desiertos y selvas. En Etiopía, los ladrillos de sal conocidos como “amoles” eran transportados por caravanas de camellos y utilizados como dinero en efectivo hasta bien entrado el siglo XX. Podría disolverse con la lluvia, pero durante siglos, la sal fue tan buena como el oro.

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