El arte de elegir la cena: Una sinfonía en el supermercado

Conozcan a la maestra de los pasillos de la carne, equipada con un carrito, un ojo crítico y un código de vestimenta que grita “Voy en serio”. Nuestra compradora sigilosa no solo está comprando la cena; la está seleccionando como si fuera una obra maestra. ¿Esa bolsa congelada?

Probablemente destinada a convertirse en una comida gourmet digna de una reseña de 5 estrellas de un crítico gastronómico. Obsérvenla navegar por el campo de batalla de las gangas y las maravillas deshuesadas, con una expresión que dice: “Cariño, no estoy comprando, estoy diseñando la paz mundial, un filete perfectamente veteado a la vez”. Mientras tanto, su carrito juzga en silencio la hogaza de pan olvidada en la cesta: estado de mal tercio confirmado.

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