Vestidos de arsénico
En la Gran Bretaña victoriana, el tinte verde esmeralda se puso de moda. Producía un tono vivo, perfecto para vestidos de fiesta. Pero el tinte contenía arsénico, una sustancia tóxica. Las mujeres que usaban estos vestidos corrían el riesgo de envenenamiento, experimentando síntomas como úlceras en la piel, pérdida de cabello y, en casos extremos, vómitos de sangre.
Irónicamente, las mujeres adineradas usaban ropa con arsénico en raras ocasiones, lo que limitaba la exposición. Sin embargo, las modistas y las trabajadoras de las fábricas se enfrentaban a un contacto constante con el tinte, sufriendo graves problemas de salud. A pesar de su peligro, la popularidad del color se extendió, haciendo que el dicho “vestido para matar” fuera inquietantemente literal. Revela cómo la moda alguna vez priorizó la belleza sobre el bienestar.
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