En uno de esos momentos clásicos de “tenía que haberlo pensado mejor”, nuestro querido clavadista parece haberse tirado de cabeza con la elegancia de una patata cayéndose de la encimera. ¿Su expresión?

Pura cara de “me he tirado en paracaídas y me acabo de acordar de que dejé el paracaídas en casa”. Si logró ejecutar un clavado perfecto o acabó estampándose en la piscina haciéndose un ‘Cristo’ de campeonato, sigue siendo un misterio.

Advertisements
Advertisements