Máquina de remo Camelback

Este artilugio antiguo parecía más un potro de tortura medieval que un aparato de fitness. Los usuarios se recostaban en un banco acolchado mientras tiraban de unas cuerdas sujetas a resortes de tensión ajustables. El movimiento imitaba vagamente el remo, pero con una resistencia impredecible y cero diseño ergonómico.

Los resortes a menudo se rompían o se enredaban, lanzando a los usuarios hacia atrás o atrapándoles los dedos. Al no tener estabilización, los hombros sufrían una paliza brutal y el dolor de espalda estaba prácticamente garantizado. Es un recordatorio de que, aunque la máquina de remo evolucionó hasta convertirse en un elemento básico del gimnasio, sus primeros prototipos eran auténticas pesadillas que te destrozaban la columna.

Advertisements
Advertisements