Máquinas de rodillos para piernas
Otra extraña reliquia del pasado, estas máquinas contaban con dos cilindros giratorios sobre los que apoyabas los muslos, las pantorrillas o los glúteos. A medida que los rodillos giraban, amasaban tus músculos para supuestamente eliminar la celulitis y tonificar las áreas flácidas. No se requería ningún movimiento de tu parte, solo la paciencia para soportar los moretones.
Aunque algunos describían la sensación como “relajante”, la mayoría la encontraba dolorosa y, en última instancia, inútil. No hay evidencia de que el rodillo pasivo reduzca centímetros, y muchos terminaban con las piernas moradas en lugar de tonificadas. Sin embargo, siguieron siendo un elemento básico en los salones durante décadas, principalmente debido a la promesa de resultados sin sudar.