Rodillo de Grasa de Kellogg

Mucho antes de ser conocido por los cereales, el Dr. John Harvey Kellogg tenía una pasión por las extrañas modas de salud, siendo una de las más singulares su máquina Rodillo de Grasa. Este gigante de rodillos de madera giraba rápidamente en su lugar, y se animaba a los usuarios a presionar diferentes partes del cuerpo contra él, supuestamente para “deshacer” la grasa y promover la circulación. Sin sudor, sin esfuerzo, solo había que quedarse parado y dejar que los rodillos eliminaran la protuberancia.

Aunque fue popular en el sanatorio Battle Creek de Kellogg, la máquina ofrecía poco más que un incómodo masaje. Los pacientes hacían fila para que les rodaran los muslos, las caderas o el abdomen con la esperanza de parecer más delgados. Sin embargo, la ciencia moderna ha desmentido desde hace mucho tiempo la idea de que la presión externa pueda reducir la grasa. El rodillo de Kellogg era menos una máquina de ejercicio y más un gigantesco rodillo de amasar mecánico. Aunque a menudo se le recuerda con cariño en los círculos de historia de la salud, es un ejemplo de manual de la extraña intersección entre la pseudociencia y el marketing de fitness.

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