Vita Master

El Vita Master fue la navaja suiza del mundo del ejercicio pasivo en la década de 1950. Esta máquina todo en uno contaba con un cinturón vibratorio, un masajeador de rodillos y, a veces, incluso almohadillas térmicas. Parecía más un accesorio de una película de ciencia ficción que un dispositivo de fitness. El cinturón te hacía vibrar el vientre, los rodillos te golpeaban los muslos y, si tenías suerte, la almohadilla térmica te tostaba suavemente la espalda baja como un malvavisco mecánico.

Los Vita Masters estaban dirigidos a amas de casa que querían mantenerse en forma sin sudar el maquillaje. Eran el centro de atención en los salones de belleza y lo suficientemente glamorosos como para aparecer en los catálogos de grandes almacenes. Desafortunadamente, ninguna cantidad de vibración, rodamiento o tostado sirvió de mucho para la pérdida de peso real. Los expertos médicos finalmente lo condenaron como ineficaz en el mejor de los casos y potencialmente dañino en el peor. El Vita Master ahora se erige como una reliquia de una época en que el fitness se vendía con más estilo que hechos, y la comodidad era el nombre del juego, incluso si significaba parecer ridículo.

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