Cuando el microondas le dijo que saludara, pero él no escuchó
El último superhéroe de Florida intentó meter su microondas en otro microondas para lograr la máxima eficiencia. Lamentablemente, su plan le salió el tiro por la culata más rápido que sus panecillos.
Ahora está rindiendo el máximo “saludo” a la seguridad en la cocina… en la sala de descanso del cielo. Moraleja de la historia: algunos electrodomésticos es mejor dejarlos sin “frankensteinizar”.
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