Ningún gato disfruta del “cono de la vergüenza”. Este temido pedazo de plástico suele ser la consecuencia de una cirugía desagradable, causando incomodidad e inconvenientes. Sin embargo, este gato en particular decidió ser desinteresado y compartir su cono de la vergüenza con su dueño, asegurándose de que se sintiera incluido en el proceso de curación.
O bien estaba tratando de hacer que su dueño se sintiera incluido o se estaba asegurando de que compartieran el dolor. Este acto de solidaridad es a la vez enternecedor y humorístico, mostrando las formas únicas en que nuestras mascotas conectan con nosotros, incluso en su incomodidad.
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