Esta minina ha encontrado su propio paraíso particular: ¡escondida entre los cojines del sofá! Mientras que otros gatos se apoltronarían en el mullido sofá, esta va a su bola. Y, seamos honestos, tiene una pinta de lo más confortable. Quizás también le mole el factor sorpresa al aparecer de repente.

Aparentemente, los cojines le dan el soporte perfecto para relajarse y a la vez espacio para estirarse a sus anchas. Esta elección tan peculiar demuestra, una vez más, lo únicos que son nuestros peludos… y lo creativos que pueden llegar a ser a la hora de vaguear.

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