Momentos en que los gatos fueron involuntariamente graciosos

¡Ojo, machotes del mundo! ¡Aquí llega el *manspreading* felino! Este minino descarado ha llevado el arte de relajarse a otro nivel, extendiendo sus extremidades sin pudor y reclamando el máximo espacio disponible. Con una pose que destila seguridad y despreocupación, esta bola de pelo demuestra que la comodidad no tiene límites. Ninguna silla o mesa es demasiado pequeña para su real despliegue. ¿Quién diría que los gatos dominarían el *manspreading* con tanta elegancia?

Echad un vistazo a la mirada de suficiencia de este gato. Le da igual que esté practicando *manspreading*; lo único que le importa es estar a gusto. Por cierto, ¡lo más divertido sería que esta “actitud de macho” la tuviera en realidad una gata!