Su aventura le costó más de lo que esperaba
El Descubrimiento
Descubrir que mi marido se había ido de viaje secreto con su amante me destrozó. Sentí como si el suelo se hubiera abierto bajo mis pies, y me ahogaba en la traición. No podía creer que hubiera estado mintiendo con tanta facilidad, mientras planeaba una escapada romántica con otra mujer. No era solo la infidelidad, era la audacia de todo.
Impulsada por el desamor y la rabia, hice lo único que tenía sentido en ese momento: cancelé sus tarjetas de crédito. Si pensaba que podía engañar sin consecuencias, estaba equivocado. Había terminado de hacerme la víctima. Las consecuencias estaban llegando, y yo era quien las entregaba.
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