Cautivando a todos desde el principio
Desde el momento en que nacieron, Ava y Leah parecían cautivar a todos los que conocían. Su belleza natural y sus expresiones sincronizadas hacían que la gente se detuviera en seco, ya fueran familiares o completos extraños. Incluso en el ajetreo de la vida cotidiana, las gemelas lograban brillar, irradiando un encanto poco común que dejaba a la gente sonriendo y haciendo preguntas sobre ellas dondequiera que fueran.
Su piel impecable, sus rasgos idénticos y su cabello sedoso hacían que parecieran sacadas directamente de un cuento de hadas. Las gemelas parecían irradiar un brillo etéreo que era difícil de ignorar, atrayendo miradas y calentando corazones en cada habitación en la que entraban. Desde el principio quedó claro que había algo verdaderamente especial en ellas.