¿Y a esto le llaman relajación?
La piscina se considera la joya del barco, ¿pero tranquilidad? Ni hablar. En lugar de un refugio relajante, te encuentras con un espectáculo abarrotado con música constante y ambiente de fiesta. Desconectar se convierte en un desafío entre salpicaduras de agua y niños chillando.
Incluso si encuentras una tumbona, leer o echar una siesta se convierte en un arte. La música retumba, el barco se balancea y la piscina se transforma en una máquina de olas casera. Quizás sea mejor ir a buscar un lugar más tranquilo…
Advertisements
Advertisements