El jacuzzi no es privado
Es posible que hayas imaginado un baño tranquilo con la brisa del océano y una puesta de sol de fondo, pero los jacuzzis en los cruceros son todo menos privados. Estos lugares llenos de vapor son bienes inmuebles de primera categoría, que atraen a los pasajeros como polillas a una llama. En lugar de paz y tranquilidad, espera compañía, mucha compañía.
Si bien la conversación puede ser animada y las vistas innegablemente hermosas, la experiencia puede sentirse más como un encuentro social que como un retiro de spa. Si no te gusta compartir espacios reducidos con extraños, lo mejor sería evitarlo por completo.
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