2. El Cochecito a Prueba de Gas

Durante la Segunda Guerra Mundial, inventores británicos crearon un artefacto aterrador: un cochecito de bebé a prueba de gas. Parecía un ataúd móvil de metal con paneles de vidrio. Los padres podían bombear aire filtrado en su interior para mantener a sus bebés a salvo de los ataques, mientras parecían estar empujando una tumba robótica.

Aunque prácticos para tiempos de guerra, estos cochecitos eran pesados, torpes y profundamente inquietantes. Los bebés lloraban. Los perros ladraban. Los peatones cruzaban la calle. Es uno de esos inventos que podría haber tenido sentido en teoría, pero ¿en la vida real? ¡Material de pesadilla!

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