31. La mascarilla anti-hemorragias nasales
En la década de 1940, para combatir las hemorragias nasales causadas por el aire seco o los resfriados, los inventores crearon una extraña mascarilla que cubría la nariz con un pequeño depósito de vapor de agua. Se suponía que mantendría las fosas nasales húmedas durante todo el día.
Los usuarios parecían astronautas acuáticos deambulando por las calles. La mascarilla a menudo goteaba, empapaba las gafas y dificultaba la respiración. En lugar de detener las hemorragias nasales, principalmente causaba vergüenza y ropa mojada. Aun así, la gente desesperada lo intentó, ¡porque cuando te sangra la nariz, harías cualquier cosa!
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