5. La Bicicleta Voladora

En 1921, un inventor británico creyó que podía volar usando solo la fuerza de sus pedales y fe. Creó una bicicleta con alas gigantes y luego la montó desde un muelle. Se zambulló en el río. Repetidamente.

Sin desanimarse, añadió más alas, una hélice y una oración. Aun así, no despegó. Las multitudes se reunían para mirar, riendo y animando. Nunca voló, pero sí hizo historia como uno de los inventores más audaces (y mojados) de su tiempo.

Advertisements
Advertisements