Angustia Anular
La cara de esta mujer lo dice todo: “¡¿Por qué demonios me lancé a estos anillos?!” Mientras que los profesionales se balancean con elegancia en las anillas, su postura agarrotada recuerda más a un gato aferrándose a una cortina. Cada músculo de su cuerpo grita: “¡Auxilio!”
Esta foto captura el momento mágico, justo antes de que el deporte tal vez se convierta en fisioterapia. Quizás el fotógrafo debió intervenir en lugar de apretar el disparador. Por otro lado, así aprendemos todos: ¡A veces es mejor quedarse con lo básico!
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