Una conversación desigual

Rompiendo el pesado silencio, Carter preguntó: “Entonces, ¿vas a casa de tus padres?” Su voz era casual, pero la pregunta pareció pillar a la chica desprevenida. Se estremeció ligeramente ante la repentina interrupción, sus ojos se dirigieron hacia él por un instante.

“Eh, no”, respondió brevemente, sin dar más explicaciones. La conversación terminó tan bruscamente como había comenzado y, una vez más, el silencio llenó la camioneta. Frustrado con el intercambio unilateral, Carter decidió encender la radio, llenando el aire con música durante el resto del viaje, esperando que aliviara la tensión.

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