Hugo: Un hombre de mil caras
Hugo, una cabeza de marioneta calva y sin rostro de la década de 1970, estaba destinada a despertar la creatividad al permitir que los niños aplicaran varios kits de disfraces: cicatrices, parches en los ojos, bigotes falsos. En cambio, la muñeca parecía un accesorio perturbador de una película de terror, especialmente con sus ojos de cristal sin vida y su rostro inexpresivo.
Los niños a menudo encontraban a Hugo inquietante, como si estuvieran mirando a un maniquí en una casa embrujada. Las cicatrices realistas y los kits de maquillaje grotescos aumentaron el efecto inquietante. En lugar de inspirar diversión, Hugo fomentó una fascinación espeluznante por la desfiguración, haciendo que el tiempo de juego se sintiera más como un experimento macabro.