La Guerra de los Pasteles

En la década de 1830, un pastelero francés que vivía en México afirmó que unos oficiales mexicanos saquearon su tienda y se comieron sus productos horneados sin pagar. Exigió una compensación, pero el gobierno mexicano hizo caso omiso. Indignada, Francia exigió 600.000 pesos (aproximadamente 3 millones de dólares actuales). Cuando México se negó, Francia bloqueó sus puertos y lanzó una invasión. Todo por unos cruasanes.

La guerra duró unos pocos meses y terminó solo después de que los británicos intervinieran para mediar. Aunque las hostilidades disminuyeron, el conflicto demostró que nunca —y queremos decir nunca— se debe molestar a los franceses por la repostería. Puede que sea hojaldrada, pero su orgullo no lo es.

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