La cuenta regresiva de los desencadenantes de guerra más ridículos de la historia: más locos que los chistes modernos

La Guerra de los Emúes

En 1932, Australia le declaró la guerra a los emúes. Sí, a pájaros de verdad. Los agricultores de Australia Occidental se quejaban de que enormes bandadas de emúes estaban destruyendo los cultivos. El gobierno desplegó soldados con ametralladoras para solucionar el problema. Los emúes, ágiles y organizados, los superaron en estrategia.

A pesar de disparar miles de balas, los humanos perdieron. Los emúes ganaron la guerra, sobrevivieron al ataque y continuaron su devastación. Sigue siendo una de las campañas militares más involuntariamente hilarantes de la historia, y la prueba de que a veces los pájaros realmente llevan la delantera.