¡Ayuda! Mi hijo no quiere dormir la siesta
En Oregón, una madre de dos hijos llamó a los servicios de emergencia porque su pequeño se negaba a tomar una siesta. Dijo que estaba en su “punto de quiebre” y quería que un oficial “viniera a hablar con él para que entrara en razón”.
El operador le ofreció su comprensión pero le recordó que no era un asunto policial. La mujer suspiró, dijo “valía la pena intentarlo” y colgó. ¿El niño? Seguía despierto, probablemente tramando algo.
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