¡Peligro en el Agua!

En este divertido momento, la natación sincronizada se convierte en teatro: una atleta con un colorido bañador simula que un tiburón le está mordiendo la cara.

Parece creativo, pero también tiene un propósito: la pinza nasal evita que entre agua mientras el espectáculo continúa. Desde que se convirtió en olímpica en 1984, la natación sincronizada combina deporte, danza y actuación, ¡cada detalle cuenta!

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