Cuando tu gato quiere explorar el sótano

Algunos gatos prefieren vivir como reyes, acurrucados cómodamente en los rincones mullidos del sofá, sin arriesgarse jamás a ensuciarse un bigote. Otros nacieron exploradores: intrépidos, sucios y siempre a un escalón de su próxima aventura.

¿Este gato? Claramente pertenece a la segunda categoría. Del tipo que mira fijamente el abismo negro del sótano y dice: «Debo ir allí. Mi destino me espera».

Y allí fue: arañando, trepando, deslizándose entre las telarañas y el caos, hasta resurgir como un superviviente de guerra. Pelo revuelto, mirada loca, patas cubiertas de suciedad misteriosa. Tal vez herido. Definitivamente orgulloso.

Sus humanos estaban impactados. Él, triunfante. El sótano no tenía ninguna posibilidad.

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