Comepecados

En las zonas rurales de Gran Bretaña y Gales, las familias contrataban antaño a “comepecados” para que absorbieran los pecados de los difuntos. La práctica consistía en comer pan colocado sobre un cadáver, asumiendo simbólicamente su carga espiritual para que el difunto pudiera descansar en paz.

Los comepecados eran rechazados por la sociedad, ya que se creía que portaban el mal o la mala suerte. Sin embargo, sus servicios eran curiosamente demandados. El trabajo era espiritual, misterioso y estaba lleno de superstición. A medida que la religión organizada y las costumbres funerarias se modernizaron, la práctica de comer pecados desapareció, aunque todavía aparece en la ficción de terror.

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