Baños Eléctricos

En los siglos XIX y principios del XX, la electricidad era un misterio de vanguardia, y los médicos no pudieron resistirse a experimentar con ella. Los “baños eléctricos” se convirtieron en una moda para tratar todo, desde la depresión hasta la disfunción sexual. Los pacientes eran colocados en tinas llenas de agua equipadas con corrientes eléctricas o provistas de electrodos metálicos, mientras sus cuerpos eran sacudidos con descargas de energía.

Si bien la electroterapia leve puede ser útil en contextos controlados hoy en día, los baños eléctricos antiguos a menudo usaban voltajes peligrosamente altos y no tenían normas de seguridad. Las personas sufrían quemaduras, convulsiones y, en algunos casos, electrocución. Sin embargo, muchos seguían regresando por más, convencidos de que el hormigueo era una señal de curación. Era menos un avance médico y más una forma impactante de freír tus nervios en nombre de la salud.

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