Pasta de ratón para el dolor de muelas
Entre los antiguos remedios egipcios, pocos eran tan inquietantes como la cura para el dolor de muelas: ratones muertos. Los curanderos aplastaban los roedores hasta formar una pasta y la untaban en las encías doloridas, creyendo que tenía propiedades místicas o medicinales. A veces, ni siquiera se molestaban con la pasta, simplemente ataban ratones muertos enteros a las caras de los niños.
Esta repugnante sustancia era un caldo de cultivo para las bacterias y no hacía nada para aliviar el dolor, a menudo empeorando las infecciones. La práctica se extendió a la medicina popular romana e incluso a la británica temprana. Es un claro ejemplo de cómo la desesperación por aliviar el sufrimiento condujo a tratamientos repulsivos y equivocados, y por qué la odontología moderna es un regalo que nunca debemos dar por sentado.