Mañana siguiente
Ambos se despertaron un poco antes de lo habitual, no porque estuvieran descansados, sino simplemente porque no podían seguir durmiendo. Ninguno de los dos parecía haber dormido bien, y James lo sabía. Y también sabía que tenía que hacer algo para que Mandy olvidara sus problemas y la dura noche que habían pasado. Después de todo, se suponía que debían estar disfrutando de la vida como propietarios de una nueva casa.
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Aunque le dolían los huesos por la caída y por haber estado buscando cosas por todas partes el día anterior, al final, se obligó a salir de la cama y bajó a la sala de estar en la planta baja.
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